sábado, 5 de enero de 2008

Las presentaciones.

La gestación de este blog tiene su origen en una de esas veladas que acostumbro a pasar en el Club de los Zánganos. Allí hablamos de esto y de aquello y luego de aquéllo y de ésto, generalmente cosas vanales para el conjunto de los mortales (y me temo que también para los que no son mortales). Y hete aquí que el otro día mis compañeros de tertulia empezaron a alardear de sus blogs personales en internet, así que tuve que ir echando pelotas fuera todo el tiempo para no tener que confesar que el bueno de Bertie no tenía ninguno. Todavía, claro. Bueno, ahora ya tengo uno, éste que estan viendo. Y es nuevo, ¿qué más quieren?

En fin, el nombre de Jeeves, mi criado, figura en el título puesto que sin su decisiva participación este blog no hubiera sido posible. Al menos no cibernéticamente hablando. Figurense que en algún momento complicado de la activación del mismo llegué a pensar seriamente en la posibilidad de escribir los mensajes a mano en unas cuartillas y enviarlos personalmente a cada casa. Por suerte Jeeves me hizo reflexionar a tiempo que había demasiadas casas en el mundo y que no terminaría a tiempo para volver al Club de los Zánganos a contar maravillas de mi nuevo blog.

Seguirá.

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